¿Por qué tenemos que hablar de suicidio?

La provincia de Santa Cruz es la segunda más extensa por detrás de Buenos Aires con 243.943 km2 y, la segunda menos poblada detrás de Tierra del Fuego. Si hacemos la relación de cantidad de habitantes con territorio, nos toca vivir en la provincia con menos densidad poblacional contando con 1,1 habitantes/km2. En base a dichos datos, cabe destacar que el flagelo del suicidio pega como el viento en esta zona, siendo una de las provincias con más suicidios del país.

¿Cómo puede suceder esto si somos tan pocos?

Expertos mencionan que son múltiples factores los que pueden incidir en este tipo de decisión. Por ejemplo, el clima frío en gran parte del año; ser cuna de muchos argentinos de otras provincias, lo que nos lleva a hablar de desarraigo; jóvenes que no tienen un trabajo estable a pesar de ser una provincia con fama de brindar buenas oportunidades laborales; entre otros. Estas faltas de oportunidades se vuelven claves. Con tanta cantidad de factores que nos juegan en contra solo nos queda estar atentos. Nos tenemos que convertir en sujetos observadores para ayudarnos y ayudar a nuestros seres queridos, amigos, entorno en general. Podemos salvar una vida hablando, brindando contención, pidiendo ayuda. Si pasas por un mal momento quedáte tranquilo, no es para siempre, no te encasillés en la tristeza, busca en tu interior la salida y si se te hace cuesta arriba el primer paso ya lo diste, el segundo es pedir ayuda. El diálogo en la familia es fundamental para prevenirlo, la distancia con tus hijos tiene que ser óptima, ellos merecen ser comprendidos. La distancia óptima en la psicología social es crucial para poder operar de una manera pertinente y lograr un buen abordaje, cuando digo óptima hablo de no asfixiarlos ni tampoco el otro extremo de hacerlos sentir solos. Hagamos caso a cualquier señal que encienda nuestra alarma interna, estos sujetos no quieren llamar la atención, están diciendo que quieren vivir.